Boca goleó a Arsenal y volvió a sonreir: 5 a 1

Matías Bustos Milla

Para ningún equipo es fácil salir adelante después de un sacudón. Y no es la excepción Boca, ese equipo donde cada victoria se disfruta pero cada golpe repercute mucho más que en otras latitudes. Con esa misión encaró el equipo de Gustavo Alfaro el partido ante Arsenal​, un equipo que sabe hacer mucho con poco, de la mano de la impronta de un técnico inteligente y con oficio como Sergio Rondina.

Desde el principio Boca mostró voluntad de seguir su libreto de orden y presión para acorralar a un rival inferior, pero esta vez asumiendo más riesgos. Aunque tuvo sus chances de cara al arco de Gagliardo, también sufrió en el arco propio y necesitó más de una vez de las buenas intervenciones de Andrada. Y cuando más lo necesitaba, apareció la indudable jerarquía de algunas de sus individualidades para una victoria que lo dejó puntero del campeonato junto a River y a Argentinos (que todavía tiene un partido pendiente).

Los goles de Tevez (una muy buena resolución a los 16 minutos tras una pelota quieta) y de Ábila (en el cierre de la etapa, terminó atropellando la pelota que condujo bien hasta el área) le sirvieron a Boca para ahuyentar las dudas después de la derrota en la semana ante Lanús.

Boca lució más ofensivo (Bebelo y Villa se conectaron casi siempre bien) que otras veces en la mañana de La Boca. Como si en esta recta hasta el final del año hubiese decidido cambiar un chip que le sirvió hasta cierto punto en 2019. Asumió riesgos que en otros juegos no había hecho, con López y Alonso parados mano a mano con los atacantes del conjunto de Sarandí, y siempre tuvo una mirada más ofensiva.

Por eso también sufrió, porque Arsenal llegó hasta Andrada (sacó un buen cabezazo de Soraire) con mucha facilidad. La mala puntería de Kaprof evitó el empate en una primera etapa que terminó con Boca mucho más cómodo desde el resultado que en el juego.

En el segundo tiempo, Boca no se conformó con la ventaja que había cosechado y mantuvo la receta ofensiva que se le había reclamado en otros partidos. Fue clave en el complemento para eso la apuesta de Fabra, un lateral acostumbrado a lastimar en el área de enfrente más que a marcar. Tanto que se fue con un doblete que apuntaló la goleada.

Bebelo Reynoso fue fundamental para conectar las líneas y darle argumento al ataque de un Boca que mostró una voracidad ofensiva que antes no había tenido. Al descuento de Arsenal sobre el cierre, le respondió con dos nuevos tantos que sellaron la goleada. Como para empezar a cerrar heridas y recuperar la esperanza, apoyado en los gritos de gol y en la nueva cara que se vio en la Bombonera.

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