A pesar de un mercado de pases marcado por cifras astronómicas y el sueño de conquistar la Libertadores y el Mundial de Clubes, el equipo de Fernando Gago no cumplió con las expectativas.
Apenas inquietó al arco rival en el minuto 48 del complemento, con un débil cabezazo de Ayrton Costa que terminó en las manos del arquero Federico «Ruso» Rodríguez.
El primer tiempo fue una extensión de lo mostrado en 2024: un equipo lento, predecible y con poca creatividad ofensiva. Argentinos Juniors, bien parado y con un planteo audaz, dominó las acciones y generó las ocasiones más claras, como un cabezazo de Tomás Molina que impactó en el travesaño al minuto de juego.
Argentinos controló el mediocampo con un despliegue físico y táctico impecable, liderado por Federico Fattori. En cambio, Boca no logró adueñarse de la pelota ni del ritmo del partido. Cavani, obligado a retroceder para colaborar en la marca, quedó aislado y sin posibilidades claras de ataque.
En el segundo tiempo, Boca intentó reaccionar, pero los cambios de Gago no lograron revertir el trámite. La entrada de Ayrton Costa por el lesionado Marcos Rojo en el entretiempo y los ingresos de Velasco y otros jugadores no generaron el impacto esperado. Los argentinos, aunque menos dominantes, mantuvieron su propuesta y anularon los intentos del local.
Un gol anulado y un clima frío en la Bombonera
El empate dejó un sabor amargo en los hinchas, que despidieron al equipo con indiferencia. Boca mostró carencias en todas sus líneas y dejó en evidencia que necesita más que refuerzos de renombre: debe encontrar una identidad de juego que lo consolide como
Argentinos, en tanto, se llevó un punto valioso, fruto de su orden y ambición.
