Casi cinco meses sin jugar, desde agosto pasado. Una lesión crónica en el pie izquierdo que lo tiene a maltraer. Contratiempos y adversidades que Rafael Nadal lleva consigo, junto son su talento y una mentalidad de acero.
El zurdo de Manacor ya está en los cuartos de final del Australian Open, instancia a la que accedió con un triunfo sobre el francés Adrian Mannarino por 7-6 (16-14), 6-2 y 6-2. Y empieza a estar más cerca de una hazaña: le quedan tres pasos para coronarse campeón en Australia, nada menos que doce años después de su primer y -hasta aquí- único festejo en el Melbourne Park, en 2009, y ser el primer tenista entre los varones en llegar a los 21 títulos de Grand Slam.
Nadal fue uno de los primeros en desembarcar en Melbourne, decidido a reencontrarse con su mejor forma posible, y dejar atrás un fin de 2021 para el olvido, que hasta incluyó un positivo de Covid-19 que lo tuvo a maltraer. Ganó un torneo menor en la primera semana de enero, con tres victorias que le ayudaron a sumar confianza. Luego, se dedicó a lo suyo en el primer Grand Slam: ganar partidos.
En los octavos de final, Mannarino le propuso un duelo parejo a Nadal mientras pudo sostener la intensidad… y su físico. Desde el puesto 69º del ranking, y con 33 años, Mannarino es un clásico producto de la escuela del tenis francés. Zurdo, talentoso, llegó a ser el 22º del mundo en marzo de 2018. Ganó un título ATP y perdió nueve finales. Tuvo mala suerte con las lesiones, que lo dejaron mucho tiempo lejos de las canchas. Una de ellas fue reciente: en junio del pasado, le ganaba por dos sets a uno a Roger Federer en la central de Wimbledon, pero al querer ir a buscar un contrapié, sufrió un esguince en la rodilla derecha.
La dolencia en esa misma zona reapareció mientras le jugaba de igual a igual a Nadal en el court central del Melbourne Arena. Justo en el momento que disputaba un tie-break épico, de carácter histórico: 30 puntos y 28 minutos y 40 segundos de acción, en el que el español recién pudo desequilibrar en séptimo set-point, y después de que el francés tuvo cuatro chances para quedarse con el primer parcial. Nadal festejó enloquecido, con golpes al aire, la obtención de ese primer set, que había elevado su valor en la medida que pasaban los puntos, y que parecía destrabar de manera definitiva el partido.
Y así fue, porque Mannarino no pudo sostener el nivel del primer parcial. Rafa necesitó 81 minutos para llevarse el primer set, y otros 79 para quedarse con los dos siguientes parciales. El francés, con problemas físicos visibles, casi no podía correr, apenas si se movilizaba. Así, ¿cómo ganarle a un Nadal desatado? Imposible. El partido se encaminó a un desenlace cantado. En duelo de zurdos, fue el tercer triunfo del de Manacor sobre el galo.
En los cuartos de final, Nadal tendrá otro rival zurdo: Denis Shapovalov. El canadiense, 14° del mundo, dio uno de los impactos del día al eliminar al tercer preclasificado, el alemán Alexander Zverev, por 6-3, 7-6 (7-5) y 6-3, en 2 horas y 21 minutos de juego. A Zverev se le vuelve a esfumar otra oportunidad de ir en busca del primer título grande.
El historial entre Rafa y ‘Shapo’ tiene por delante al español por 3-1; el único éxito del canadiense fue en el Masters 1000 de Montreal 2017. “Es un jugador con un potencial impresionante, y ya a esta altura sólo cabe esperar rivales difíciles. Debe venir con mucha confianza por un triunfo como el de hoy. Yo estoy feliz por estar donde estoy. Estamos en situaciones diferentes cada uno, no influye mucho lo pasado, sólo vale el que llegue mejor para el martes”, comentó el español.
Lo mejor del partido
“Fue muy emotivo ese primer set, tuve un poco de suerte porque los dos tuvimos muchas oportunidades. Después eso me ayudó para quebrar temprano en el segundo set. Él venía jugando muy bien, tiene un tenis difícil de predecir, y venía con confianza por haberles ganado a jugadores muy buenos. En este torneo he estado en buena posición en muchas ocasiones durante mi carrera, también tuve problemas físicos, y otras veces los rivales han sido superiores, pero estoy feliz de estar de nuevo aquí”, destacó Nadal.
“Haber ganado el tie-break fue como llevarme medio partido. Es un triunfo de valor. Tiene la habilidad de hacerte jugar incómodo, Mannarino tuvo un feeling impresionante con la bola, pegaba a todo en el sitio adecuado, la pelota iba rapidísima, y no me dejaba respirar, sacaba bien. Pero al final pude ralentizar el juego, y después cambié unas cuantas cosas, lo he hecho bien, me adapté al partido”, amplió.Rafa es hoy el número 6 del mundo. También es el único campeón de Australia entre todos los que están en acción en Melbourne, en lo que es su “peor” Grand Slam: sólo lo ganó una vez, en 2009. Tiene un récord de 73 victorias y 15 derrotas. Es el segundo Grand Slam con más triunfos suyos, después de Roland Garros (105). Además de aquel título, fue finalista cuatro veces: en 2012 y 2019 perdió con Djokovic, en 2014 cayó frente a Stan Wawrinka, y en 2017 tropezó frente a Roger Federer. En 14 de los últimos 15 Australian Open, Nadal estuvo en los cuartos de final, cifra con la que igualó a John Newcombe en el segundo lugar en la lista de los que más veces alcanzaron esa etapa.
Números increíbles, aun cuando sólo una vez salió del Melbourne Park con el legendario trofeo Norman Brookes en sus manos. Ahora, sin Djokovic como gran enemigo, tiene por delante otros competidores. Es el único del Big 3 en carrera… y también sabe cómo ganar en Melbourne.