En el momento que más necesitaba un triunfo para subirse a la lucha por la Superliga, Boca sufrió un duro golpe: cayó 2-1 ante Atlético Tucumán en la Bombonera.
El Decano fue pura efectividad, aprovechó los errores defensivos del local y se impuso gracias a los goles de Gervasio Núñez y David Barbona. Ramón Ábila había convertido el empate parcial para el Xeneize.
El tren de la Superliga quedó lejos para Boca: está a diez unidades de Racing y Defensa y Justicia, los líderes. Para sostener las esperanzas necesita, en principio, no repetir los errores que con tanta contundencia aprovechó Atlético.
La necesidad de triunfo de Boca lo puso en el rol de protagonista del partido. «Para ser campeón, hoy hay que ganar», lo dejaron claro los hinchas ya en los primeros 60 segundos de juego. La propuesta del Decano fue simple, pero efectiva. El elenco de Zielinski juntó las líneas y armó un bloque en su campo para no ofrecer líneas de pase. Una vez que recuperó la pelota, apeló a los envíos largos, para que Leandro Díaz o Mauro Matos la peinaran o aguantaran a la llegada de sus compañeros. Con ese plan se quedó con el triunfo.
A los 8′, Atlético sorprendió: una combinación por la derecha derivó en el centro de Matos, la desinteligencia defensiva y el ingreso de Gervasio Núñez, quien firmó el 1-0. El Xeneize buscó reaccionar con movilidad, sobre todo de Tevez, libre detrás de los mediocampistas centrales, y del veloz Villa, estacionado sobre la derecha, ganándole seguido a Abero. Y a partir de allí le rodeó el área a su adversario. Villa, por ejemplo, lo tuvo dos veces. Pero el equipo fue dejando varias ofertas a sus espaldas.
Con Matos como llave de la segunda jugada o algún arresto individual de contra, Atlético pudo ampliar el score a través de Barbona y Díaz. Pero Boca mereció irse al descanso con el empate. La falta de definición o de sintonía fina en el último pase decretaron la victoria parcial de los tucumanos.
En el inicio de la segunda parte, Alfaro decidió el ingreso de Mauro Zárate por Reynoso, jugándole un pleno al desequilibrio individual. Lechuga interpretó lo que finalmente ocurrió: con el correr de los minutos, el Decano se fue refugiando cada vez más. Pero a los 16 minutos, Ramón Wanchope Ábila, de arremetida, a pura potencia, puso el 1-1 y le devolvió la ilusión.
La siguiente acción del DT fue apostar por el doble 9: a la cancha, Benedetto, afuera el capitán Tevez. La búsqueda, pleno peso en el área. Sin embargo, los problemas defensivos volvieron a causarle dolores de cabeza a Boca. A los 25′, tras un rebote de un intento de Leandro Díaz, David Barbona volvió a sorprender y marcó el 2-1.
El segundo tanto de la visita le restó lucidez a Boca. Continuó teniendo la pelota, con 8 o 9 futbolistas adversarios detrás de la línea de la pelota, pero decidió mayormente mal, o con nerviosismo. Lisandro López terminó de centrodelantero, un símbolo del desconcierto en el que se sumergió el elenco azul y oro en la etapa complementaria. El domingo visitará a Defensa y Justicia: tal vez, será el último tren para esperanzarse con el tricampeonato local.
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