Después de dos horas y media de juego, la actual número cinco del ranking mundial se impuso a la kazaja Elena Rybakina en tres sets y alcanzó su primer título de Grand Slam.
La tenista bielorrusa Aryna Sabalenka conquistó el Australian Open, primer Grand Slam de la temporada, después de remontar y ganar este sábado la final ante la kazaja Elena Rybakina, vigente campeona de Wimbledon, por 4-6, 6-3, 6-4 y levanta así el primer grande en categoría individual de su carrera.
En la final disputada en la Rod Laver Arena, Sabalenka, de 24 años y actual número cinco del mundo, reaccionó después de ceder el primer set -el primero de toda la temporada-, en el que perdió dos veces su servicio para permitir que Rybakina, número 25 del ranking WTA, se pusiese por delante a pesar de conceder uno de sus saques. Como era de esperar, el duelo entre las dos artilleras estuvo repleto de puntos rápidos, con solo 14 peloteos largos y siete ‘aces’ en apenas los 13 primeros puntos. Un solitario quiebre en el cuarto juego le bastó para adjudicarse el segundo set, y una nueva rotura en el séptimo juego del parcial definitivo que encaminó de manera definitiva hacia la victoria tras algo menos de dos horas y media de juego.
De esta manera, Sabalenka recoge el cetro de la australiana Ashleigh Barty, que conquistó Melbourne en 2022 antes de su sorprendente retirada como número uno, y suma su primer grande en singles, después de conquistar también el Abierto de Australia (2021) y el US Open (2019) en dobles junto a la belga Elise Mertens.
La bielorrusa recibió la copa de manos de la estadounidense Billie Jean King (79), leyenda del tenis femenino, ganadora de 39 títulos de Grand Slam (12 individuales, 16 en dobles de mujeres y 11 en dobles mixto). ”Es una inspiración recibir el trofeo de tus manos, gracias por todo lo increíble que hiciste en el tenis. También quiero felicitar a Elena, que es una gran jugadora. Ojalá que podamos volver a enfrentarnos en finales de major”, anheló la flamante ganadora, que se había desplomado sobre el azul de la cancha cuando logró la victoria, dando paso a un prolongado llanto y abrazos con su rival y su equipo de trabajo.
Sabalenka logró imponerse a una histórica debilidad de su juego, la doble falta, pese a que registró siete a lo largo de la final contra sólo uno de la kazaja. En 2022 cometió 428 dobles faltas, 151 más que cualquier otra jugadora, y tuvo matches en los que cometió más de 20. Ante la insistencia de su equipo, aceptó reformar la mecánica de su saque en agosto, lo que juntamente con el compromiso de tratar de mantener la calma en los momentos de máxima presión está dando resultados ahora. “Gracias a mi equipo, el equipo más loco del circuito. Hemos pasado por muchos bajones el año pasado, trabajamos muy duro. Este trofeo es más por ustedes que por mí”, dijo la jugadora de 24 años, nerviosa e incapaz de esconder una risa incrédula. Un elogiable reconocimiento.
Sabalenka estaba 0-3 en semifinales de Grand Slam hasta que eliminó a Magda Linette en Melbourne. Y también ganó su primera final.
La tenista de Minsk contabilizó 17 aces, 51 tiros ganadores y tomó 3 de 13 chances de quiebre que dispuso. Sabalenka ganó los 11 partidos que lleva disputados este año y en la final de hoy cedió el primer set de la temporada ante una rival a la que venció las cuatro veces que se enfrentaron en el circuito.
Se convirtió en la mujer número 58 en ganar un título de Grand Slam desde el inicio de la Era Abierta (1968). Desde este lunes, la bielorrusa regresará al puesto 2 del ranking WTA que ya ostentó en agosto de 2021; mientras que Rybakina, actual 25°, ingresará por primera vez al top ten.
Una fuerza de la naturaleza que ahora grita menos
Con la cabeza de tigre tatuada en su antebrazo, la bielorrusa es una fuerza de la naturaleza en las canchas de tenis, pero le ha llevado años domar los nervios. Comenzó a jugar a tenis con seis años y por casualidad, al pasar en coche con su padre Serguéi, un jugador de hockey sobre hielo, por delante de unas canchas y decidieron probar.Y los recuerdos de sus primeros partidos de tenis profesional son algo difusos. ”Me acuerdo vagamente de un partido entre Kerber y Serena, en la final (del Abierto de Australia 2016). Había pedido un chocolate en un café y había un televisor. Pero en realidad, yo no miraba realmente tenis. No sé por qué. Me da vergüenza ahora”, explicó un tiempo atrás.
Ese mismo año, ella comenzaba en el circuito profesional WTA en Rabat y perdía en la ronda calificatoria del Abierto de Estados Unidos. En 2017 entra en el top 100 y acaba la temporada en el ranking 78º tras una final perdida en Tianjin contra Maria Sharapova. Ese mismo año se da a conocer llevando a Bielorrusia a la final de la Fed Cup.
Y el año siguiente ya empezaron a caer los títulos, en New Haven y en Wuhan, y a nacer su confianza en poder ganar algún día un Grand Slam. ”Empecé a tener un poco más de confianza en mí misma. Empecé a entender que con trabajo, con los años, puede que fuera capaz de hacerlo”, contó. Y ese trabajo lo ha cumplido, desplegando un juego muy agresivo. Se convirtió en una jugadora potente, con golpes pesados y un servicio devastador, pero que cometía constantes dobles faltas que la hundían en abismos de dudas. Entonces añadió a su entrenamiento un trabajo psicológico, aunque finalmente prescindiera de él antes de llevarse su título más importante, el Abierto de Australia. ”En el parate entre temporadas decidí dejar de trabajar con un psicólogo. Me di cuenta de que era la única en poderme ayudar. Le dije a mi psicólogo que pensaba que tenía que gestionar todo esto sola porque contar cada vez con alguien para solucionar mis problemas, a fin de cuentas no solucionaba nada”, explicó.
Discutiendo con su familia, su equipo, al final ella es su “propia psicóloga”, bromeó en Melbourne. “Me conozco bien y sé gestionar mis emociones”, aseguró. Prueba de ella es su entereza en los momentos tensos en torneo, en el que apenas le ha fallado el servicio, tan traicionero en el pasado. ”He intentado gritar menos cuando jugaba mal algunos puntos o cometía faltas. Intentaba simplemente de contenerme, mantener la calma y pensar en el punto siguiente”, comentó. Una actitud completamente nueva. Ella misma reconocía que hace simplemente unas semanas, hubiera estallado tras un inicio de partido como contra la polaca Magda Linette en semifinales, concediendo un break en blanco de entrada con tres dobles faltas. ”Me hubiera puesto a gritar contra todo el mundo, a sentirme mal, a darle demasiado fuerte a las pelotas. Esta vez, me dije: ‘Vamos, esto pasa, no hay problema’. Y encontré mi ritmo”, expuso. Y este es el credo de la nueva Aryna Sabalenka: “Es normal sentirse nerviosa”.
Las últimas diez ganadoras del Abierto de Australia
2023 – Aryna Sabalenka (BLR)
2022 – Ashleigh Barty (AUS)
2021 – Naomi Osaka (JPN)
2020 – Sofia Kenin (USA)
2019 – Naomi Osaka (JPN)
2018 – Caroline Wozniacki (DEN)
2017 – Serena Williams (USA
)2016 – Angelique Kerber (GER)
2015 – Serena Williams (USA)
2014 – Li Na (CHN)
Más títulos en la historia del Abierto de Australia
1. Margaret Court (AUS): 11
2. Serena Williams (USA): 7
3. Nancye Wynne Bolton (AUS): 6
4. Daphne Akhurst (AUS): 5
5. Evonne Goolagong Cawley (AUS): 4
5. Steffi Graff (GER): 4
5. Monica Seles (USA): 4
Con informaciones de AP y AFP
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