La selección argentina buscará comenzar con un triunfo: desde las 16, por ESPN y Star+
Por: Jorge Búsico
MARSELLA, Francia.– Este grupo de Pumas ya sabe de ganarles a los All Blacks en Nueva Zelanda, de golear a los Wallabies y de vencer a Inglaterra en Twickenham. Los que tienen más batallas en su foja de servicios también conocen qué implica superar a los Springboks y llegar a las semifinales de una Copa del Mundo. Les queda a estos Pumas, con un mix ideal entre experimentados y debutantes, cumplir un desafío más para seguir haciendo historia, y el partido de este sábado es la gran oportunidad de concretarlo: vencer a Inglaterra en un Mundial, algo que todavía se debe el seleccionado argentino.
¿Es posible? Sí, siempre y cuando el equipo lleve esta noche al verde césped del fantástico Vélodrome todo lo que viene anunciando en estos días. Los Pumas lucen seguros de sí mismos. Saben que tendrán por delante a un rival durísimo, pero también que poseen las herramientas como para ganar. De lograrlo, se posicionarán no sólo como para alcanzar los cuartos de final, sino también como para liderar el grupo D.
Es difícil encontrar en la leyenda del seleccionado un grupo tan unido como éste. A lo largo de tantos años juntos, los jugadores se hicieron amigos. Como lo son los del ‘65, los que marcaron el camino. Michael Cheika, este viernes, luego del captain’s run en el Vélodrome, hizo hincapié una vez más en ese aspecto. Dijo que es un lujo tener a un grupo así bajo su mando, que las horas de la cena son fabulosas y que todos se han mentalizado en absorber las presiones y en poner en juego todo lo que vienen practicando.
Lo peor que pueden hacer los Pumas es confiarse del flojo momento inglés. Por más que llegue golpeada por distintos ángulos, Inglaterra tendrá un plan de incomodar a los argentinos con su estilo de propiciar y tratar de aprovechar los errores ajenos. Sabe también que a los Pumas les cuesta mantener el ritmo mental durante los 80 minutos y para eso presionará. Difícil que los ingleses sorprendan con otro esquema. Habrá mucho kick, sobre todo al aire. A eso viene jugando la Rosa, y aunque no le haya ido muy bien, no tiene muchas otras variantes por ensayar.
El Vélodrome, con capacidad para 70 mil personas, tendrá mayoría de ingleses, que ayer coparon el centro y la zona del puerto viejo de esta ciudad. Les ganarán en número a los también miles de argentinos, que arribarán desde distintas partes del mundo. Los Pumas serán visitantes, y esa será otra presión a superar.
Otro tema es el clima. El calor está siendo agobiante en toda Francia, y en Marsella el ambiente es abrasador. Los jugadores argentinos vienen sintiéndolo desde la concentración en Portugal, pero aquí lo han padecido. Tan altas son las temperaturas que World Rugby anunció ayer que en todos los partidos del fin de semana habrá un corte para descansar e hidratarse.
Marsella tiene sabor a 2007. En esta ciudad, y en el mismo hotel donde anoche decenas de argentinos realizaron un “banderazo” para alentar, los Pumas pararon en aquel Mundial para el partido en el que golearon a Namibia.
En el poco contacto que vienen teniendo con la prensa en general, jugadores y staff coinciden en que están preparándose para este partido desde hace tiempo y en que cada uno tiene en claro el rol que debe cumplir esta noche. También hacen hincapié en la fortaleza del grupo. Se han mentalizado para llegar hasta la última semana del Mundial. Inglaterra será la prueba de dónde están parados rumbo a esa meta.
Los Pumas vienen mejorando ostensiblemente su juego con el pie. Es un arma que usarán mediante Santiago Carreras, Emiliano Boffelli y Juan Cruz Mallía. Pero la batalla será en la obtención. Habrá que tener un scrum muy sólido y dominante, ya que Inglaterra irá a dar batalla en esa formación. El fijo será fundamental.
El árbitro será un europeo. Un local: Mathieu Reynal. En un rugby de libre interpretación, como viene habiéndolo, será clave que los Pumas saquen una foto pronto de cómo controlará el scrum y los rucks. La disciplina es otro ítem crucial para el gran match. En el rugby actual, una tarjeta puede costar un partido.
La mesa está servida. Si la escena que se intenta repetir o superar es la de 2007 vendrá bien empezar con otro hito que logró aquel equipo, hasta ahora el único en los nueve mundiales que ganó el primer partido. En 2011, en la caja de vidrio de Dunedin, también tocó Inglaterra en el debut. Esa vez, los ingleses sí eran favoritos, pero los Pumas estuvieron muy cerca de lograr la victoria. Ahora es el momento de dar vuelta esa historia, y también de sacarse otra espina, la de Japón 2019.
Es el día para los Pumas. Para este grupo de jugadores y amigos es el momento de dar otro golpe. Hay una sensación de que es posible.