El seleccionado albiceleste consiguió su mejor resultado en el Hernando Siles y estiró su gran momento
Por: Santiago Bauzá
Es un equipo que se encarga de despejar cualquier interrogante. Cuando se lo pone a prueba demuestra que le sobran herramientas para revalidar su condición del campeón del mundo. La excursión a La Paz era una de las empresas más complejas, pero la selección argentina lo resolvió con tanta autoridad que hizo parecer fácil golear por 3-0 a Bolivia, en la altura de La Paz.
El arranque era todo un interrogante porque no estaba Lionel Messi, que no ocupó ni un lugar en el banco de los suplentes, pero respondió todo el grupo con la sabiduría exacta para anular a su rival. No sólo supo administrar las energías, sino que se apoderó de la pelota y dejó muy lejos de cualquier posibilidad a su rival.
Con la presión sobre la salida de Bolivia supo dominar todo el desarrollo, llenó de dudas al equipo de Gustavo Costas, y tuvo la claridad justa para convertir en los momentos indicados del partido. La primera conquista de Enzo Fernández fue una obra colectiva ideal, el segundo tanto, en la cabeza de Tagliafico, fue el resultado de una pelota justa de Di María y el tercer gol de Nicolás González llega porque la idea del equipo no se abandonó en ningún momento del partido.
Enzo Fernández y su adaptación a la altura
“Estaba un poco ahogado, se siente bastante, pero me adapté bien. El grupo siempre está pendiente de todo lo que hay que hacer. Representar a la selección es lo más grande que hay y siempre vamos a ir por más. Es increíble cómo la gente nos acompaña y respalda, incluso, los visitantes también. Estamos muy felices por el cariño que nos dan”, comentó Enzo Fernández, el volante que abrió el camino para la goleada por 3-0.
La palabra de Ángel Di María
“Hicimos un partido perfecto, no cometimos errores, no nos hicieron goles. Trabajamos e hicimos lo que planificamos. Convertimos en el momento adecuado. Se sufre un poco acá, pero siempre digo que es psicológico el tema de altura”, dijo Ángel Di María, que después, con evidente emoción agregó: “Llevar la cinta es algo único para mí. El otro día había sido inexplicable porque me la había pasado Leo, el mejor jugador del mundo. Él intentó hasta el último día pero era mejor no arriesgar”, cerró Di María, la figura del encuentro.
