Aunque el regreso de Boca a la Bombonera trajo consigo expectativas elevadas, el equipo mostró viejos defectos. Falló en la definición y no logró capitalizar las oportunidades creadas, resultando en un empate sin goles con Defensa y Justicia en la cuarta fecha de la Copa de la Liga Profesional.
Este resultado refleja un equipo en proceso de formación, que adopta algunas características del estilo de Diego Martínez, como el juego de posesión y la paciencia para construir las jugadas. Sin embargo, esta paciencia fue cuestionada por la hinchada en un momento del partido, evidenciando la necesidad de mayor efectividad en el ataque.
En el contexto del fútbol argentino, con un calendario exigente y múltiples competiciones, los equipos van adquiriendo forma a medida que avanzan los partidos. En este sentido, Boca contó con destacadas actuaciones de dos de sus refuerzos. Kevin Zenón se destacó como el motor del mediocampo, buscando constantemente abrir el juego y habilitar a sus compañeros en el frente de ataque. Cristian Lema también recibió el reconocimiento por su labor defensiva y su capacidad para iniciar jugadas desde la última línea.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos individuales, Boca no logró convertir sus ocasiones en gol, lo que refleja la falta de contundencia en el área rival. La impaciencia de la hinchada se hizo sentir, especialmente hacia algunos jugadores como Darío Benedetto y Frank Fabra, quienes fueron blanco de críticas por sus errores durante el partido.
El cuerpo técnico de Boca seguramente estará satisfecho con el rendimiento de sus refuerzos hasta el momento, pero queda claro que el equipo necesita encontrar mayor cohesión y definición en el área rival para alcanzar sus objetivos en la temporada. Aunque mostraron destellos del estilo de juego que busca imponer Martínez, el empate ante Defensa y Justicia señala que aún queda trabajo por hacer para que Boca se convierta en un equipo confiable y efectivo.