En una delicada situación sanitaria, el gobierno japonés decidió, además, que la realización de los eventos deportivos se haga sin público.
Así lo confirmó la ministra olímpica Tamayo Marukawa. Otro golpe para los organizadores y para el olimpismo.
A solamente dos semanas de la ceremonia inaugural del 23 de julio, las infecciones por coronavirus aumentan en la capital japonesa, concretamente las contaminaciones por la variante Delta. ”Vamos a declarar el estado de emergencia en Tokio”, dijo Suga, en una reunión de gobierno dedicada a las medidas sanitarias, añadiendo que durará hasta el 22 de agosto. Los Juegos Olímpicos se celebrarán hasta el 8 de agosto.
Sin embargo el gobierno podría aligerar las restricciones “si los efectos de las vacunaciones son claros y se asiste a una mejora de la situación (…)”, agregó Suga.
Poco antes, el ministro japonés encargado de Covid-19, Yasutoshi Nishimura, había asegurado que “el número de nuevos casos sigue aumentando en Tokio”.
”Con el aumento del movimiento de personas, la variante Delta, más infecciosa, representa ahora alrededor del 30% de los casos. Se espera que esta cifra siga aumentando”, añadió Nishimura.
Por otra parte, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, llegó este jueves a Japón, donde tenía previsto participar en una reunión sobre la cuestión de los espectadores con el comité organizador local, representantes del gobierno japonés y del municipio de Tokio. Pero antes de que pudiera avanzar en sus intenciones, el gobierno anunció que no habrá público en las plateas.
Pese a todo, en Japón, las medidas de emergencia contra el coronavirus son mucho menos estrictas que los confinamientos impuestos en otras partes del mundo, e incluyen limitar la venta de alcohol y obligar los bares y restaurantes a cerrar temprano.
Pero las restricciones también se dirigen a eventos culturales y deportivos, un tema clave a dos semanas de la inauguración de los Juegos. Se esperan unos 11.000 deportistas de cerca de 200 países en los Juegos de Tokio, que fueron aplazados el año pasado a causa de la pandemia.
En principio se iba a permitir un límite de 5.000 espectadores o el 50% del aforo de un recinto. Pero ante la gravedad de la situación, se decidió cerrar las puertas.
Aunque el archipiélago japonés se vio relativamente poco afectado por la pandemia de Covid-19, con unas 14.900 muertes registradas oficialmente desde principios de 2020, su programa de vacunación avanza muy lentamente.
Poco más del 15% de la población se ha vacunado por completo hasta ahora, y los expertos temen que la variante Delta pueda provocar una nueva ola que sature los hospitales de Japón.
Agencia AFP
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